Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2022

Sakima: el pequeño jefe indio

Imagen
  El anciano jefe indio, Nayat, acababa de morir. Él había protegido a su pueblo de los espíritus malignos, pero, tras su muerte, los espectros invadieron el pueblo. Nayat había designado como sucesor a Sakima, pero este era solo un niño y, por eso, ningún indio lo aceptaba como jefe. Sin embargo, Sakima, indiferente a la opinión de los demás, se sentó frente al fuego y comenzó a tocar su tambor de bolas. Inmediatamente, todos los espectros huyeron despavoridos. Una gran estrella iluminó el cielo y los indios, admirados, aceptaron al pequeño Sakima como el jefe de su tribu.   *** ¡¡¡RETO!!!  con este microrrelato participo en la original iniciativa de Lídia Castro Navàs. Estas son las condiciones para el reto de octubre: Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta. En tu creación debe aparecer el mineral: estrella . Podéis encontrar más información en  Escribir Jugando del Blog de Lídia. 

Baako

Imagen
  Clarissa miró al joven. Desde hacía unos días, no dejaba de pensar en él. ¿Cómo era posible que ella, Clarissa Hooligan, la hija del terrateniente más poderoso de todos, sintiese algo por un simple esclavo? ―Ven aquí y cepilla a mi caballo ―le ordenó Clarissa. El joven se acercó y con la mirada baja comenzó a cepillar al corcel. Clarissa continuó mirándole. Se preguntó desconcertada por qué sentía tantas ganas de estar con él. Pero había algo de lo que estaba segura: su interés por el joven nació el día que su padre le mandó azotar por algún motivo que ella desconocía. Pero lo que a Clarissa le asombró fue, que mientras el esclavo era azotado, este la miró a ella, y aquello hizo que le azotaran aún más. A Clarissa le pareció algo inédito. Ella siempre obedecía a su padre, pero este joven, además de hacer algo que ofendió al terrateniente, se atrevió a mirarla desafiándolos a todos. ¿Por qué lo hizo? ¿Cómo podía ser tan osado? Estas preguntas venían una y otra vez a su cabeza y la