Cajón de escritura

  Imagen de  Gerd Altmann  en  Pixabay . Los tres candidatos esperaban muy nerviosos la llamada telefónica del entrevistador. Este solo iba a elegir a uno de ellos puesto que había una única vacante para el puesto ofertado. Jessica pensó: «Aunque Mario y Fátima tienen más experiencia laboral que yo, quizás me llamen a mí porque ellos son demasiado introvertidos. Yo soy mucho más sociable y simpática, y eso me dará una gran ventaja». «Seguro que a Jessica no la elige, porque no tiene tanta experiencia en el puesto como tengo yo. Pero Fátima… Uff sabe cuatro idiomas y yo solo sé español y un poco de inglés», se lamentó Mario. Y Fátima sa jactó: «Tienen que elegirme a mí a la fuerza, pues soy mucho mejor que esos dos. Una sonriendo todo el rato como una panoli y el otro no sabe ni siquiera hablar bien en inglés». Los tres no paraban de darles vuelta a estos pensamientos y otros similares una y otra vez. Hasta que al fin, a última hora de la tarde, recibieron cada uno de ellos una llamad

  Ella camina por la playa con el torso desnudo y la espalda tatuada. Uno de los tatuajes representa la rama del árbol del que tomó la fruta prohibida y el otro es una flor con su corola de pétalos rosas cayendo hacia abajo.         Tras morder la fruta, Ella se cayó, sí, pero se levantó y caminó a pesar de la soledad, la tristeza y el peso de la culpa. Su única pertenencia es la runa Mannaz, la cual le conecta con la humanidad a la que tanto ama y de la que todavía espera su perdón.         **** ¡¡¡RETO!!!   Con este microrrelato participo en el reto del mes de enero, propuesto por   Lídia Castro Navàs .  Estas son las condiciones:  Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la  carta . En tu creación debe aparecer la runa:  Mannaz.  

Imagen de  OpenClipart-Vectors  en  Pixabay El primer relato que os propongo leer en este Taller de lectura para escritores/as, es El Canario , de Katherine Mansfield, el cual está publicado online aquí . Por mi parte, he elaborado esta ficha con unas pinceladas iniciales sobre la autora y su relato y espero que entre todos/as la vayamos completando y ampliando.  1.- Datos generales de la autora y de su obra: - Katherine Mansfield  (1888 – 1923) fue una escritora británica que nació en Nueva Zelanda y es una destacada figura del relato breve.  - Sus cuentos son muy concisos y se centran en momentos específicos de la existencia. Se caracterizan por una sutil sensibilidad para captar las emociones y los estados de ánimo de los personajes.  - Realizó un escrupuloso trabajo para encontrar las palabras exactas capaces de generar frases claras y directas.   - Su principal influencia fue el escritor Antón Chéjov.  2.- Personajes e importancia: - Protagonista: es una ama de casa

Imagen de  Pexels  en  Pixabay Este Taller de Lectura para Escritores/as se trata de un nuevo proyecto en el que llevo tiempo pensando, y que al fin ha tomado forma. Lo que haré será publicar una vez al mes una ficha basada en un relato corto. La ficha contendrá unas breves anotaciones sobre el  relato y su autor/a, para ubicarnos un poco. Después os pediré que leáis el relato, pero con ojos de escritores/as. Es decir, analizando y buscando todas esas cosas que pueden pasar desapercibidas, pero que a nosotros/as no se nos escaparán.   A continuación podréis ir dejando vuestros comentarios con lo que queráis decir sobre el/la autor/a y la obra. Podéis hablar de algún detalle que os haya llamado la atención y/o sobre el relato en su totalidad.    La idea es ir añadiendo a la ficha todo lo que me vayáis diciendo, de forma ordenada, y así aprender no solo del relato sino de nuestras distintas percepciones como escritores y escritoras únicos/as que somos 😊 ¡Espero vuestra participa

Todos los compañeros de Teresa se quedaron pasmados al verla, pues ella solía vestir con colores más discretos. En aquella ocasión lucía un vestido amarillo con los pendientes, el bolso y los zapatos de ese mismo color.  En cuanto Andrea llegó a la oficina y vio a Teresa, le preguntó sorprendida: ― ¿Por qué te has vestido así, Teresa? Al fin, había conseguido que Andrea, quien siempre la trataba como si no existiera, le hablara. ― Me gusta mucho el color amarillo ―le respondió con naturalidad.   ― Ya veo ―murmuró Andrea arqueando una ceja. En la oficina, todos cuchicheaban y se reían de Teresa. Pero ella estaba tan emocionada de que Andrea le hubiese hablado que no le importó la opinión de los demás. De hecho, a partir de ese día Teresa iba siempre vestida con prendas y complementos de color amarillo y cada vez que Andrea la miraba, se sentía muy feliz. Sin embargo, pasado un tiempo, en la oficina todos se fueron acostumbrando a su llamativa vestimenta, por lo que Teresa d