Una lágrima



Una lágrima cayó de sus ojos. Era una lágrima que contenía muchas lágrimas, las lágrimas que llorábamos tod@s. Y esa lágrima cayó al suelo y alguien la pisó para aplastarla, para ocultarla. Ignoraba que no era necesario verla para saber de su existencia. 

Este microrrelato se lo dedico a los refugiados, espero que pronto podáis tener el hogar seguro y tranquilo que os merecéis.

También quiero compartir el relato Fantasmas contra el alba, de Marta Navarro, llega al corazón. 

Comentarios

  1. Precioso, Cristina. Cuántas lágrimas quedarán por caer todavía... Mil gracias también por la referencia a mi relato.

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    1. Muchas gracias Marta. Desgraciadamente sí, quedan muchas lágrimas aún por caer. A veces sientes impotencia y mucha tristeza, pero creo que mirar a otro lado no es la solución. Pienso que tod@s podemos, desde donde estemos, mirar de frente a la tragedia y expresar al menos nuestro dolor y solidaridad. Un abrazo!!

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