Señales

 


"Los árboles son los esfuerzos de la tierra para hablar con el cielo que escucha". Rabindranath Tagore

Estaba haciendo la compra en el supermercado cuando me dirigí a la sección de frutería para comprar manzanas. Allí había un señor mayor. El espacio era muy reducido de modo que tenía que esperar a que el señor se fuese para poder acceder. Pero él no tenía ninguna prisa. Cogía una manzana, la miraba un rato y la dejaba en su sitio. Luego cogía otra y también la dejaba sobre las demás, y así una y otra vez. Dada su parsimonia pensé impaciente que sería mejor ir a por otro producto y que ya iría más tarde a coger las manzanas. Pero cuando me iba a dar la vuelta vi cómo cayeron y rodaron cinco manzanas por el suelo.

Miré al hombre y observé que se agachaba con dificultad para coger una de ellas. Le ayudé a recogerlas y el hombre exclamó:

―¡Gracias hijo!

―No es nada ―le dije.

El anciano abrió una bolsa que llevaba y puso la manzana que había cogido dentro. Seguidamente me pidió que echase las cuatro manzanas restantes en aquella bolsa.

Entonces me miró y al ver una interrogación en mi rostro me explicó:

―Quizás las manzanas se han caído por algo. Quizás sea una señal que me ha enviado el Universo para que me lleve estas y no otras.

En los ojos del anciano percibí una profunda nostalgia que me conmovió. Por este motivo no pude evitar preguntarle:

―¿Y por qué piensa eso?

Suspiró y me respondió:

―Mi esposa, que en paz descanse, fue quien me enseñó a pensar así. Ella creía que el Universo nos envía señales que son importantes pero que la mayoría de las veces no somos capaces de captar. Decía que cuando aprendes a apreciarlas, la vida adquiere un nuevo significado. Te puedo asegurar que así es y que si te lo propones lo comprobarás por ti mismo hijo. Bueno, ahora tengo que irme. Gracias de nuevo.

Tras estas palabras el hombre se alejó con sus cinco manzanas.

Yo me quedé perplejo. «Tan solo es un anciano que desvaría» pensé. Sin embargo, no dejé de darle vueltas a la cabeza mientras hacía la compra: «¿Y si su mujer tenía razón?». Cuando salí del supermercado, continué pensando en las palabras del anciano, pero la incredulidad fue creciendo en mí hasta que ya no pensé más en ello.

Varios días después, paseando por el parque, me tropecé y por poco me caigo. Afortunadamente logré agarrarme al tronco de un árbol y evitar la caída. No sé por qué, en ese instante recordé las palabras del anciano: «¿Acaso me había tropezado por algo?». Entonces reparé en el árbol en el que me había apoyado. ¡Era tan alto, robusto y hermoso! Sentí ganas de darle las gracias y abrazarlo. «¡Pero solo es un árbol! ¿Qué pensará la gente que me vea?» me dije. Quise seguir caminando y hacer como si nada hubiese ocurrido, pero no pude. Me acerqué al árbol y lo abracé sintiéndome agradecido. Cerré los ojos y me olvidé del mundo que me rodeaba, solo estábamos el árbol y yo.

Después de aquella maravillosa experiencia, quedé con una amiga. Le conté mi encuentro con aquel anciano, lo que me había dicho y lo que me sucedió en el parque. Tras escucharme con atención mi amiga me dijo:

―Creo que el anciano tiene razón. Hay una fuerza superior que nos envía señales constantemente, sobre todo a través de las pequeñas cosas. Por ejemplo, el otro día estaba regando las plantas y vi una mariposa revoloteando sobre una de las flores. La observé y pensé que era un regalo para hacerme feliz. No sé, pero pensar así me gusta porque me hace sentir bien. Respecto al abrazo que le diste al árbol no es tan raro como crees. De hecho, se llama arboterapia y según dicen, es muy bueno para la salud.

Me quedé muy sorprendido ante lo que me contó mi amiga y, tras despedirme de ella, regresé a casa y busqué información sobre la arboterapia. Descubrí que no era una moda de ahora, sino que se trataba de una terapia milenaria y es que ya desde la antigüedad creían en el poder de los árboles para sanar. «¿Por qué tantas veces las mejores cosas, quedan relegadas a un segundo plano, incluso al abandono? ¿Por qué si los árboles son seres vivos nos da tanta vergüenza mostrarles afecto?».

Desde entonces, siempre que voy por el parque, abrazo a ese árbol que para mí es como un amigo. Ahora, ya no voy con tanta prisa e impaciencia por la vida y estoy atento a las señales de las que me habló el anciano y aprecio esas pequeñas cosas que mencionó mi amiga. Pero todo esto no habría sucedido si cinco manzanas no se hubiesen caído y rodado por el suelo del supermercado.


¡¡¡Reto!!! Con este relato participé en el concurso literario "Cuarto y Mitad" que consistía en escribir una obra en la que apareciese, al menos una vez: “rodaron cinco manzanas”. No gané, pero me hizo ilusión participar. También me parece que la frase da mucho juego y espacio a la imaginación. Te animo a escribir tu relato aunque el concurso ya haya finalizado. 

Comentarios

  1. Hola de nuevo , sabes estaba a punto de irme cuando al hacer el retroceso con la página
    di con este bello relato y la verdad es que es un buen relato y además sabio , ya que tenemos que fijarnos en esas señales , con tu permiso me quedo de seguidora tuya , soy la del árbolito lleno de flores , soy la numero 10 de tus seguidores , encantada de conocerte.
    Te deseo una feliz tarde , saludos de flor.

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    1. Hola, Flor!! Qué alegría que hayas leído este relato y que te haya gustado. Te agradezco mucho también que te quedes de seguidora. Un placer tenerte por aquí. Igualmente, encantada de conocerte!! Muchas gracias y feliz tarde!! 😃

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  2. ¡Hola, Cristina! La verdad es que le has dado un relatazo a esa premisa del reto. Una historia bellísima y muy visual, una historia cuyo mensaje cala en el lector y, te aseguro, le hace reconectar la antena para percibir esas señales, que es quizá más importante que la propia señal. Magnífico. Un abrazo!

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    1. Hola, David!! Qué alegría que hayas leído este relato. Lo escribí con mucha ilusión. Jajaja que gracioso lo que dices de "reconectar la antena" jajaja. Es que a veces pensamos que las cosas son pura casualidad, pero pienso algunas cosas que nos suceden quizás no sean casualidad, que podrían ser esas señales a las que se refiere el relato. Muchas gracias por tu comentario, David!! Un abrazo!! 🤗

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