Una nueva oportunidad

 


Noelia salió deprisa de la boca de metro, pasaban seis minutos de las cinco, la hora a la que había quedado con Alejandro, su expareja.

Enseguida le vio, y se dirigió hacia él con pasos inseguros. Los dos se miraron, se sonrieron y se dieron dos besos tímidamente, como si fuesen dos desconocidos. No dijeron nada, y comenzaron a andar adentrándose en el parque.

Caminaban despacio con la mirada hacia el suelo.  

―Qué frío hace ―dijo Noelia, tratando de romper el hielo.

―Sí ―respondió Alejandro, con una dulce sonrisa.

Noelia encontró a Alejandro más atractivo que nunca. No sabía si era por el abrigo de color índigo, por los guantes negros o por la gorra gris. «¿O será por su cara?» se preguntó asombrada pues su rostro continuaba siendo exactamente igual a como lo recordaba: el pelo castaño oscuro corto, la barba medio afeitada, los ojos soñadores de color avellana y una sonrisa inocente, casi infantil.

Solo se oía el zumbido del viento y el crujido de las hojas secas bajo sus pies. El rostro de Noelia se ensombreció: «¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué estoy aquí con él?» Noelia comparó su relación con las hojas secas. «¿Y qué vamos a hacer ahora? ¿Trataremos de colgar de nuevo de las ramas las hojas secas y hacerlas reverdecer?».

Se detuvieron cuando llegaron al estanque donde había dos niños dándoles de comer a los patos. El sol se asomó por entre las nubes y sus cálidos rayos arrancaron reflejos dorados del cabello de Alejandro. Este dijo:

―Cuánto me alegro de que hayas venido y que estés dispuesta a darme una nueva oportunidad. No te vas a arrepentir, ya lo verás.

Noelia lo miró. Alejandro resplandecía bajo el sol. Ella no dijo nada, desvió la mirada hacia los dos niños.

«¿En serio iba a volver a ser la pareja de aquel hombre, que bien podía ser como uno de aquellos críos?» se preguntó con amargura, pero enseguida sonrió al ver cómo los niños reían cada vez que los patos comían una miga de pan de sus manos con sus grandes picos anaranjados.

―Dime, Alejandro ¿de verdad crees que esta vez va a salir bien? ―le preguntó Noelia mirándole a los ojos.  

―Claro que sí. Tras este año, he madurado mucho. Ya lo verás.

Noelia sintió una leve esperanza dentro de su corazón. Continuaron andando, y pasaron cerca de una pareja de enamorados que se besaban. Noelia sintió ganas de besar así a Alejandro y empezar de cero. Pero no podía olvidar el dolor que le traían los recuerdos del pasado.

Ella siempre había tenido que decidirlo todo, cargar con todo, responsabilizarse de todo. Pero aquel día fue demasiado. El día que Alejandro, le quiso dar una sorpresa para alegrarla y, sin embargo, lo único que logró fue ocasionarle el peor disgusto de su vida. Noelia y él estaban ahorrando para comprarse un piso, los dos habían acordado abrir una cuenta para depositar ahí lo poco que conseguían ahorrar cada mes y ambos se habían prometido no tocar ese dinero. Sin embargo, Alejandro de forma unilateral y, para darle una sorpresa, le quiso regalar a Noelia, un crucero carísimo en el que se había gastado prácticamente todo lo que habían estado ahorrando durante tres años.

«¿Por qué? ¿Por qué?» le preguntó entre lágrimas Noelia. Y Alejandro, le contestó que porque llevaba muchos días muy triste y estresada por el trabajo y pensó que necesitaba unas buenas vacaciones y descansar y porque hacía tiempo le había comentado que le encantaría irse de crucero.

«¿Y no podías habérmelo preguntado?» Y él le contestó, que habría dicho que no y que él sabía que el piso podía esperar, pero que aquel crucero no.

Sin embargo, Noelia se enfadó tanto con él que Alejandro trató de que le devolviesen el dinero, pero no lo consiguió. Así que nunca fueron al crucero, y perdieron todo el dinero. Noelia, decidió que no podía perdonarle aquello y rompió con él. Pero, cuando lo hizo, sintió que su corazón se desgarraba. Pues sabía que Alejandro, había hecho aquello solo para hacerla feliz. Se sentía culpable, se sentía cruel, pero ya no podía confiar en él ¿y qué significaba una relación si no podía confiar en la persona que tenía al lado?

―He trabajado mucho y he ahorrado y te voy a dar todos esos ahorros ―dijo Alejandro cogiéndole la mano a Noelia.  

A ella se le saltaron las lágrimas.

―No quiero dinero Alejandro. Lo que quiero es poder confiar en ti. ¿No te das cuenta de que no puedo ser siempre yo la que cargue con todo?

―Lo sé, lo sé. Ya no será así, ya lo verás. Te lo demostraré.

Noelia, volvió a contemplar las hojas secas bajo sus pies. Vio una de ellas aun verde, se agachó y la cogió y sin dejar de mirarla dijo:

―Vamos a intentarlo otra vez. ¿Sabes por qué?

―¿Por qué? ―quiso saber Alejandro mirándola con ternura.

Noelia, elevó la mirada hacia él hasta encontrarse con sus ojos y le respondió:

―Porque no ha habido día que no echase en falta tu risa, tus abrazos, tus bobadas, y tu… tu amor.

Los dos se abrazaron y se besaron y cuatro hojas cayeron a su alrededor; deslizándose ligeramente en el aire primero y posándose con suavidad en el suelo después; aun reverberantes, aún rebosantes de vida.


¡¡¡Reto!!! Escribe una escena en la que aparezca una pareja que se encuentre en movimiento. Este es el reto que he seguido, para escribir mi relato. ¡Os animo a escribir el vuestro! :) 

Comentarios

  1. Muy bonito relato con un final feliz. Espero que tus pritagonistas de verdad lo sean. Me encantó la dulzura con la que plasmaste todo. Muy agradable lectura

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    1. Te agradezco mucho tus palabras Ana. Estoy segura de que serán muy felices 😊

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  2. Creo que no están hechos el uno para el otro, pero a todo se le ha de dar una segunda oportunidad.

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    1. Se quieren y eso es lo más importante, en mi opinión. Gracias por tu comentario!! 🖐

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  3. Los relatos con final esperanzador son vitales, esperados. No es fácil convivir, el amor se resquebraja y es superado por ciertas cotidianeidades que enturbian eso que hay entre dos personas. Pero si queda aliento, se puede seguir, y hay que hacer lo posible por seguir, la vida es corta y no conviene desperdiciar minutos.
    Saludos.

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    1. Cuánto te agradezco tus palabras, muy bello y cierto lo que dices: "si queda aliento, se puede seguir, y hay que hacer lo posible por seguir". Precioso. Muchas gracias y saludos!! 👋

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