Una isla perfecta
Estoy cansado de que los demás siempre me estén recomendando que siente la cabeza. ¿Qué más les da lo que haga? ¿Por qué tienen que darme sus opiniones? Me gusta mi vida tal y como es. Hago lo que quiero cuando quiero. No tengo que darle explicaciones a nadie. Salgo con mujeres bonitas, pero sin comprometerme con ninguna. Y aunque romper con ellas es algo desagradable, sobre todo porque suelen llorar o incluso insultarme, es soportable porque a cambio preservo mi independencia.
Vivo solo en mi
apartamento, tengo dinero de sobra por lo que no tengo que trabajar… ¿qué más
puedo pedir? Nunca me preocupo por nadie, más que por mí mismo. Soy una isla
perfecta. Pero no estaría dandole vueltas a todo esto si no fuera por Marcus,
ese niño tan extraño. No sé, siento que me está cambiando la vida de alguna manera que aún no logro entender.
Esta tarde llamó al timbre de la puerta de mi casa. Cuando le abrí unos niños le acosaban tirándole caramelos. Tuve que espantar a esos pequeños diablos y una vez que se fueron, le pregunté a Marcus quienes eran. Él me explicó, como si fuera algo sin importancia, que eran chicos de su colegio y que se metían a menudo con él. Después añadió: «Solo intento no pensar en ello. Nada más. Son cosas que pasan, pero así es la vida. No puedo hacer nada más». Al oír al crío hablar así, con esa resignación, no pude evitar querer ayudarle. Y se me ocurrió la idea de llevarlo a la tienda de deportes.
Y aquí estamos,
le acabo de comprar unas zapatillas de moda, para que no desentone con el resto
de los niños. Debo admitir que me ha invadido una gran sensación de bienestar. He
hecho momentámente feliz a un niño infeliz. Estoy convencido de que con estas
zaptillas nadie volverá a meterse con él e incluso le admirarán. El problema
del bullying terminará y ya no tendré que preocuparme más. ¿O sí? No sé por qué
estoy pensando en la frase de John Bon Jovi: “No man is an island” (ningún
hombre es una isla). ¿Será verdad? Siempre creí que era una frase sin
sentido, pero ahora… ahora estoy dudando.
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¡¡¡RETO!!! Con este relato participo en el reto de septiembre de la Comunidad Literaria Alianzara. El reto consiste en escribir un relato corto a partir de una escena de una película que te guste. Puedes escribir siendo fiel a la trama de la película o escribir algo que no tenga nada que ver, de modo que la escena sea tan solo el punto de partida para abordar una historia diferente. ¡Anímate a participar! Tienes de plazo hasta el 30 de septiembre.
Película escogida: About a boy, adaptación de la novela de 1998 de Nick Hornby. La película se estrenó en cines el 26 de abril de 2002 por Universal Pictures y fue nominada al Oscar como mejor guion adaptado. Más información aquí.
Créditos: fotografía tomada de https://www.tvinsider.com/show/about-a-boy/
Hola Cristina, muy bueno. La peli no la vi pero tu en pocas líneas nos muestras de qué va. La generosidad siempre será positiva y estoy segura que cambia vidas, tanto la del generoso como la del que recibe con humildad y gratitud. Gracias por tanta belleza. Yo he estado dándole la vuelta a ver si aún puedo participar pero no soy tan cinéfila y no recuerdo ninguna peli que pueda usar jejeje. Pero bueno, no lo descarto. Saludos.
ResponderEliminar¡Hola, Ana! Me alegra mucho que te haya gustado esta historia. Esta película es una de mis preferidas y te la recomiendo, te va a gustar mucho. Tiene varias escenas que siempre recordaré: algunas por su humor, otras por su dureza y otras por su belleza, como esta en la que me he basado para escribir el relato. Cuando el Will (la isla perfecta jajajaja) le compra las zapatillas a Marcus, es simplemente genial. Como bien dices "la generosidad siempre será positiva". Si no eres muy cinéfila, entonces te espero en el próximo reto para el mes de octubre que ya está aquí prácticamente jejeje. ¡Muchas gracias por tu comentario y un abrazo!
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