Dormido
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Imagen de Piyapong Saydaung en Pixabay |
Álvaro estaba haciendo su maleta. Alicia ya había terminado
de hacer la suya y empezó a ayudarlo. Pero cuando aún estaba guardando las
cosas, Álvaro cerró repentinamente la maleta.
—¡Cuidado que me das! —gritó ella.
Sara, la hermana de Álvaro, que estaba observándolo todo,
dijo en tono burlón:
—Está dormido el pobre.
Y así era. Álvaro tenía los ojos soñolientos y no hacía más
que bostezar. Alicia lo miró divertida y tras guardar una última cosa en la
maleta y cerrar la cremallera anunció:
—Bueno, ya hemos terminado de hacer las maletas. Nos vamos.
Pero él no parecía tener ninguna intención de marcharse
porque se desplomó sobre la cama de la habitación del hotel.
Alicia le dijo a Sara:
—Oye, espabila a tu hermano que ya es tarde y perderemos el
tren si no nos vamos ya.
Sara trató de convencer a Álvaro para que se levantara y él
respondió:
—Idos vosotras. Yo me quedo aquí, que no puedo con mi
cuerpo.
—Pero ¿qué te ocurre? ¿Te encuentras mal o solo es
cansancio? —le preguntó Alicia preocupada.
—¡Tengo sueño! ¿vale?
—Pues ya dormirás en el tren —sugirió Sara, mientras empezaba
a tirar del brazo de su hermano.
Pero Álvaro seguía sin querer moverse de la cama. Alicia
miró su reloj de pulsera y le lanzó una mirada de consternación a
Sara.
—Oye, yo tengo que irme porque mañana trabajo y no puedo
perder el tren.
—Sí, sí, lo entiendo. Tú vete.
Alicia se marchó preocupada. Sus dos amigos no tenían que
trabajar al día siguiente, pero perderían el dinero del billete del tren.
«¿Desde cuándo es tan flojo?», se preguntó.
En cuanto Alicia llegó a la estación llamó a Sara.
—¿Qué tal? ¿Seguís en el hotel?
—Pues nos echaron de la habitación hace un rato. Así que a
mi hermano no le ha quedado más remedio que levantarse de la cama. Eso sí, a regañadientes.
La buena noticia es que acabamos de coger un taxi, así que creo que nos
reuniremos contigo en la estación.
—¡Fantástico! —exclamó contenta Alicia.
Transcurridos unos diez minutos, los tres se reencontraron y
Álvaro dijo bostezando:
—Estoy muerto. Es el último año que me voy de vacaciones con
vosotras. Estáis locas.
Alicia y Sara se miraron y se rieron. Ambas habían querido
aprovechar el tiempo al máximo y habían convencido a Álvaro para hacer rutas de
senderismo muy temprano, realizar visitas guiadas por la ciudad por las tardes,
y por supuesto, disfrutar del ambiente nocturno. Así que entre madrugar
para ir de un lado para otro y trasnochar durante cuatro días seguidos habían
acabado con las fuerzas del muchacho.
Ellas presumieron de ser inmunes al cansancio. Sin embargo,
en cuanto se subieron al tren los tres se quedaron profundamente dormidos
durante todo el viaje. Tan dormidos estaban, que casi se les pasa la estación
en la que tenían que bajarse.
Por suerte, Álvaro se despertó en ese instante y avisó a Sara
y Alicia de que habían llegado a su destino. Los tres se bajaron a tiempo por
los pelos y acordaron entre risas que en las próximas vacaciones se lo tomarían
todo con más calma.
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Bueno, parece ser que tuvieron unas vacaciones moviditas en las que se divirtieron. No me extraña que los tres se quedasen dormidos nada más arrancar el tren.
ResponderEliminarUna bonita historia, las vacaciones son para disfrutarlas con tranquilidad y no para el trasiego que suelen tener los turistas.
Un abrazo Cristina y feliz semana
A mí me gusta disfrutar de la tranquilidad cuando voy de vacaciones. Pero veo que muchas personas por querer aprovechar al máximo los días hacen muchísimas cosas y claro, al final acaban agotadas. 😂 Muchas gracias, Nuria, por tu comentario. ¡Igualmente, que tengas una feliz semana!
EliminarYo comprendo a Álvaro...La vida del turista es muy sacrificada y cansa muchísimo...Un abrazo!
ResponderEliminar¡Así es lady_p! Ese ansia de verlo todo y aprovechar al máximo el tiempo lo que conduce a lo que muy bien dices: "la vida del turista es muy sacrificada y cansa muchísimo". ¡Muchas gracias por tu comentario y un abrazo!
EliminarÁlvaro ha aprendido una valiosa lección: «La primera vez que me engañes, será culpa tuya. La segunda será culpa mía». Creo que lo recordará, además de que los médicos dicen que el descanso correcto es muy importante.
ResponderEliminarDesde luego que Álvaro aprendió la lección que comentas. Y estoy totalmente de acuerdo contigo: "el descanso correcto es muy importante". ¡Muchas gracias por tu comentario!
EliminarPuedo entender a Álvaro, a veces el ritmo de las vacaciones nos sobrepasa. Creo que se lo pensará mejor la próxima vez o quizás pueda convencerlas de tomarlo todo con un poquito más de calma. Muy buen relato Cristina. Saludos.
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu comentario, Ana! Me alegra que te haya gustado esta historia. Creo que Álvaro quizás logre convencerlas para descansar durante las vacaciones y no solo realizar actividades a lo loco. 😂 ¡Saludos!
EliminarCómo lo comprendo a Álvaro, cuando tenía 20 años podía hacer eso e ir al otro día a trabajar, ahora si hiciera eso no me levantan ni en un mes, ya no me da para tanto el cuerpo.
ResponderEliminarMe gusto tu historia, la realidad es cuando se es muy joven queremos hacer todo, sin medir las consecuencias, un abrazo.
PATRICIA F.
¡Exacto, Patricia! No se ven igual las cosas de jóvenes que cuando nos hacemos más mayores. Pero lo cierto es que los jóvenes también necesitan descansar, jajajaja. Me alegra mucho que te haya gustado esta historia. ¡Muchas gracias por tu comentario y un abrazo!
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