El pincel mágico

Había una vez un pintor a quien le gustaba ir a pintar al bosque. Se llevaba el lienzo, el caballete y los materiales para retratar animales, plantas y bellos paisajes. Lo peculiar era que tan solo utilizaba un pincel con el que conseguía todos los trazos, desde los más gruesos hasta los más finos. Además, los colores se mezclaban solo si el pintor así lo deseaba, por eso no necesitaba limpiarlo. El secreto era que se trataba de un pincel mágico que un duende le regaló. Sucedió un día en el que Sebastián, que así se llamaba el pintor, encontró al duende apresado en una trampa que algún cazador había colocado en un claro del bosque. El pintor liberó al duende y este sintió tanto agradecimiento que le recompensó concediéndole un deseo. Sebastián le explicó que buscaba la perfección en sus cuadros, y le pidió que le ayudase a crear obras perfectas. Entonces el duende le regaló aquel pincel mágico diciéndole: “Con este pincel pintarás cuadros absolutamente perfectos”. Y así ocurrió. ...