Vigilia Noctámbula

Imagen de Artie Navarre en Pixabay.

Caminaba sola por el parque. Era de noche. A lo lejos puede ver un banco solitario con un cuervo posado en él. Una farola iluminaba débilmente la inmensa oscuridad que parecía querer engullirme.

Empecé a sentir que aquel ambiente siniestro me estaba robando el aire. Pero lo peor de todo fue cuando comencé a sentirme observada. Sí, noté como unos ojos me observaban persistentemente y muy de cerca.

Mi corazón aterrado latía fuertemente contra mi pecho. Caminé más rápido y cuando pasé frente al banco, el cuervo posado en él empezó a graznar frenéticamente, como si auspiciara que algo terrible fuese a ocurrir.

Aceleré aún más el paso, casi iba corriendo por aquel parque que parecía no tener fin. Y entonces un hombre me cortó al paso situándose frente a mí, tan repentinamente, que pareció salir de la nada.

―No deberías estar aquí. Este es mi territorio.

Pensé que se trataba de un loco y, horrorizada, me di cuenta de que los ojos que me habían estado observando eran los de aquel hombre, que acababa de amenazarme. Un escalofrío recorrió mi espalda.

―Lo siento, no lo sabía. Enseguida saldré del parque ―conseguí responderle con voz trémula tratando de seguirle la corriente.

―Lamento decirte que debes pagar un precio por tu intrusión. ¿Ves ese cuervo de ahí?

El cuervo volvió a graznar frenéticamente y yo temblé de pies a cabeza.

―Fue una chica descuidada como tú ―dijo el hombre. 

Iba a gritar para pedir auxilio, pero no me dio tiempo. Aquel hombre chasqueó los dedos y en cuestión de segundos me vi convertida en un cuervo.

Quise llorar y las lágrimas no brotaban de mis ojos, quise hablar y solo graznidos salían de mi boca convertida en pico. Me sentí pequeña e insignificante. Extendí los brazos que ahora eran dos alas negras y volé por el cielo nocturno.

Desde entonces trato de advertir del peligro a las personas que atraviesan solas el parque por la noche, pero no me entienden y ese hombre las convierte a todas en cuervos como castigo. Eso es lo que más me duele de ser un cuervo: que nadie me entienda.

****

Con este relato participo en el VadeReto del mes de abril propuesto por JascNet en su blog Acervo de Letras. El reto consiste en escribir un relato, poesía, canción, monólogo, fábula, etc. inspirados en la imagen de arriba.  

Comentarios

  1. Hola, Cristina.
    Precioso, aunque espeluznante.
    Dentro de lo malo, solo te convirtió en pájaro, aunque tenga tan mala fama como el cuervo. Pero... ¡¡¡puedes volar!!! 😉🤟🏼
    Está claro que yo podría pasear sin problemas por ese parque, no hay alas que pudieran soportar mi cuerpazo. 😅😂 Aunque lo mismo me convierte en... 😱
    Me encantó la intriga que creaste, la atmósfera que se va creando y la forma de concluirlo, con ese mensaje tan bello: más que pesar por la transformación, empatía por no poder ayudar a los demás. ¡Qué hermosa manera de pensar! Enhorabuena.
    Abrazo grande.

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    1. Hola, Jose Antonio!!
      Eso justo es lo que pensé cuando escribí este relato: "La protagonista al menos puede volar" 😂
      Jajajajaja, que exagerado eres con respecto a tu cuerpazo jajajaja, pero ten por seguro que ese hombre te convertiría en cuervo a ti también 😂 Nadie se libra del castigo 😱
      Me alegra mucho que te haya gustado este relato, muchas gracias por tu comentario y un abrazo grande!!

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  2. Hola Cristina, me gusta mucho como va aumentando la tensión a lo largo del relato, lo que no esperaba es que acabase siendo cuervo, no hay peor maldición que la de no ser entendido, jajaja, me encanta ese toque final. Un abrazo!

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    1. Hola, Lola!! Jajajajaja, la pobre protagonista es muy comunicativa y eso de que no la entiendan es lo que peor lleva 😂
      Me alegra que te haya gustado este relato 🩷
      Muhcas gracias por tu comentario y un abrazo!!

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