La Diosa de los bosques

John Singer Sargent. Retrato de Millicent, duquesa de Sutherland, 1904 © Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid. Sí, soy la que te mira a los ojos desafiante. La que trata de sonreír aunque le duele el alma y el cuerpo. La que a pesar de tu incesante maltrato, se mantiene en pie. Me ves y te quedas admirado ante mi belleza. Sin embargo, no eres capaz de respetarme, de cuidarme, de quererme. Tan solo ves mi apariencia externa y no te atreves a descubrir el universo que hay en mi interior. Talas mis árboles, contaminas mis ríos, asesinas a mis animales, destruyes incluso a los de tu misma especie. Tú que fuiste creado por mí, usas el don que te regalé, la inteligencia, para ir en mi contra inventando máquinas con las que crees que dominarás el mundo, tú que no sabes ni dominarte a ti mismo. Te aseguro que de nada te servirán tus inventos cuando llegue tu hora. Existe un límite y con tus despiadados actos estás cavando tu propia tumba, honda, tan honda que de ella jam...