Entradas

Katia

Imagen
No había forma de subir las escaleras. Cada vez que Katia ponía un pie en el primer peldaño, este se difuminaba poco a poco y terminaba desapareciendo junto con el resto de escalones.  Finalmente, se dio por vencida y se asomó por la ventana del salón para mirar a la resplandeciente luna. Le pareció que la miraba sonriente.    —Espera, no debes irte a dormir aún —le dijo la luna—. Pronto una estrella fugaz atravesará el cielo y si le pides un deseo, este se hará realidad.  Era la primera vez que la luna le hablaba, y le agradó mucho oír su dulce voz. Con la mirada fija en el firmamento, la niña comenzó a pensar qué era lo que más deseaba. Pero… ¡había tantas cosas que quería, que no sabía por cuál decidirse!   De pronto, la estrella fugaz hizo su aparición surcando el cielo tal con tanta rapidez que Katia se quedó boquiabierta y fue incapaz de pensar en ningún deseo.  —Ya puedes irte a dormir, querida. Buenas noches —se despidió la luna.  La niña ...

El niño y el mar

Imagen
Carta :   Dixit .  Dado :  Story cubes . El niño y el mar jugaban juntos y eran felices, hasta que un día el niño se marchó y el mar furioso se transformó en un ogro.  Pasado un tiempo, el niño regresó y al encontrarse con el ogro le preguntó: —¿Dónde está el mar? —Yo soy el mar. ¿Por qué me abandonaste? —Porque quise conquistar planetas para ser un hombre.    —¿Y lo conseguiste? —Sí, pero no era feliz. Contigo sí soy feliz.   En ese momento el ogro volvió a transformarse en el mar que siempre había sido y el niño nunca más dejó de ser un niño. •*☆*☆*☆*☆*☆*☆*☆*☆*☆• ¡¡¡RETO!!!  Con este microrrelato participo en el reto del mes de abril, propuesto por  Lídia Castro Navàs . Estas son las condiciones: Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la  carta . En tu creación debe aparecer el dado:  ogro.     Para más información haz clic en  EscribirJugando . 

Avalancha de palabras

Imagen
  Imagen de  dae jeung kim  en  Pixabay Alicia caminaba despacio mientras escuchaba con atención a Fernando. Apenas había dormido y comido, pero aún así se esforzaba por mantenerse al tanto de lo que él decía. Llegó a una plaza y deseó elegir una dirección, pero a ella le costaba tomar decisiones. Así que Fernando le dijo que girase a la derecha y ella le obedeció como siempre hacía. Fernando no paraba de hablar a toda velocidad. Alicia estaba aturdida ante la avalancha de palabras, pero se esforzaba por entenderlo. Sin embargo, le costaba recordar tanta información. Aun así, Alicia se daba cuenta de que en el discurso de Fernando había incoherencias, cosas sin sentido e incluso burdas mentiras, pero no se atrevía a decirle nada. Temía que él dejase de hablarla, que se marchara, que la abandonase para siempre.   Era tan agradable su compañía y tan terrible la soledad… Fernando era el hombre a quien ella había entregado su corazón y ahí estaba él, que no pa...

Dormido

Imagen
  Imagen de  Piyapong Saydaung  en  Pixabay Álvaro estaba haciendo su maleta. Alicia ya había terminado de hacer la suya y empezó a ayudarlo. Pero cuando aún estaba guardando las cosas, Álvaro cerró repentinamente la maleta. —¡Cuidado que me das! —gritó ella. Sara, la hermana de Álvaro, que estaba observándolo todo, dijo en tono burlón: —Está dormido el pobre. Y así era. Álvaro tenía los ojos soñolientos y no hacía más que bostezar. Alicia lo miró divertida y tras guardar una última cosa en la maleta y cerrar la cremallera anunció:   —Bueno, ya hemos terminado de hacer las maletas. Nos vamos. Pero él no parecía tener ninguna intención de marcharse porque se desplomó sobre la cama de la habitación del hotel. Alicia le dijo a Sara: —Oye, espabila a tu hermano que ya es tarde y perderemos el tren si no nos vamos ya. Sara trató de convencer a Álvaro para que se levantara y él respondió: —Idos vosotras. Yo me quedo aquí, que no puedo con mi cuerpo...

El inesperado regreso

Imagen
Imagen de  Aristal Branson  en  Pixabay Sonia cantaba villancicos mientras su hermana Carla la acompañaba con la pandereta. La madre de ambas, Ángela, había invitado a la familia y todos estaban muy animados celebrando las fiestas navideñas.  De pronto el timbre sonó. La anfitriona se sorprendió porque no había invitado a nadie más. Rápidamente, se levantó del sofá y fue a ver quien era.  Cuando miró por la mirilla, palideció. No podía ser él. Se trataba de su hermano Carlos. Dudó si abrir la puerta o no, pero inspiró profundamente y decidió abrir.  Hacía más de tres años que no se veían. Carlos padecía esquizofrenia. Su enfermedad mental le había puesto agresivo en varias ocasiones y Ángela llegó a temer por la vida de sus padres y de ella.  Quisieron internarlo en un psiquiátrico, pero era demasiado caro y no pudieron permitírselo. Tiempo después, sus padres fallecieron y Carlos empeoró. Él mismo, cuando estaba lúcido se daba cuenta de que ...

El baile

Imagen
Imagen de  Sunny Daye  en  Pixabay Un ruido me despertó de madrugada. Me levanté de la cama para ir a ver qué ocurría. Lancé una maldición al comprobar que no había luz. Encendí una vela y llevándola conmigo, bajé despacio y temblorosa las escaleras hasta el salón. Los peldaños de madera crujían desagradablemente bajo mis pies. Enseguida descubrí que la ventana del salón estaba abierta. Una fuerte ráfaga de viento agitó las cortinas, apagó la vela y me heló los huesos. Rápidamente cerré la ventana y, tras volver a encender la vela, inspeccioné hasta el último rincón de la casa. Allí no había nadie. Suspiré aliviada pensando que no se trataba más que del viento. Pero, una vez que hube subido las escaleras y regresado a mi habitación para tumbarme en la cama, volví a escuchar un ruido, esta vez acompañado de una voz de ultratumba. ― Alicia… ven… ― Al oír mi nombre pronunciado por aquella voz me estremecí. Bajé las escaleras con el corazón golpeándome en el pecho violentamen...

Sin corazón

Imagen
Carta :   Dixit . Dado:  Story cubes . Aseya mezclaba pociones y recitaba conjuros sin descanso. Le faltaba el corazón, pues se lo había regalado a la joven a la que amaba, pero esta lo había pisoteado burlándose de sus sentimientos.     La rabia de la alquimista era tan grande, que planeó vengarse: bajo la apariencia de una encorvada y vieja mujer, le ofrecería a la desdeñosa joven una manzana maléfica para que, tras morderla, cayera en un profundo sueño eterno.    Así lo hizo, y cuando tuvo a la joven a sus pies tendida sobre el suelo, Aseya sonrió con malicia y allí la dejó durmiendo para siempre.  ⚊•⚊∘⚊•⚊∘⚊•⚊∘⚊•⚊∘⚊•⚊∘⚊•⚊ ¡¡¡RETO!!!   Con este microrrelato participo en el reto del mes de octubre, propuesto por   Lídia Castro Navàs . Estas son las condiciones: Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la   carta . En tu creación debe aparecer el dado:   una manzana.   Para más información haz ...