Soledad

Imagen de Vanesa en Pixabay Recuerdo el primer día que desperté en la oscuridad sin ti. No podía creer que ya no estuvieses conmigo. Ya nunca me protegerías del mal, de las pesadillas, de mí misma. Simplemente te marchaste sin ni siquiera despedirte. El dolor era insoportable. Para sobrellevarlo, llegué a pensar que, quizás, tu presencia en mi vida tan solo fue una ilusión. Pero esta noche es diferente. He dejado la oscuridad a un lado y, asomada a la ventana, escribo estas palabras en un trozo de papel. Bajo la mirada luminosa y atenta de la luna llena, no me siento tan sola. Ella me hace compañía, incluso siento que me ama y que siempre estará ahí. No como tú que, de repente, te desvaneciste. ¡No! ¡No puede ser! Ahora mismo estoy viendo algo que me está dejando sin aliento. Mi corazón palpita con fuerza. No sé cómo, pero puedo ver tu sombra en la luna . ¿Acaso me dejaste a mí para irte con ella? ¿Es a ella a quien amas? Me has arrebatado todo. Incluso la c...