Sin miedo

Alicia, llevaba un tiempo deprimida, no sabía qué le ocurría, pero no levantaba cabeza. Se sentía apática, sin ganas de nada. Era como si hubiera perdido la ilusión. Una tarde, comenzó a analizar su vida y reconoció que todo estaba bien: tenía buena salud, una familia que la quería, una pareja maravillosa y un trabajo bien remunerado. ¿Qué más podía pedir? Y, sin embargo, se sentía tan triste…Entonces pensó en Amelia, su compañera de trabajo. Amelia era la persona más trabajadora que había conocido Alicia en toda su vida. Sin embargo, la trataban muy mal. Los compañeros y el jefe le asignaban una cantidad abrumadora de tareas y a la hora del descanso, en la que toda la plantilla se iba a tomar el almuerzo, ella se quedaba trabajando para poder acabar todas las tareas que le mandaban. Además, solían reírse de ella, porque era bizca de un ojo y porque a veces tartamudeaba y también por su manera tan convencional de vestir. Aunque Alicia nunca entraba a formar parte ni de las burlas n...